CAMBIO DE HÁBITOS

Cambio las noches por los días, el ron por el zumo, las tapas por los platos, el café por la leche, los amantes por los amigos, los vicios por lo sano, el infierno por el cielo, los polvos por los abrazos,…

Me levanto a la hora que antes me metía en la cama, o aún más temprano, y sin acompañantes que me abracen pero sintiéndome abrazada. Y al despertar sueño en vigilia y me gusta, y me quedo un rato soñando y sonriendo y me levanto antes que el sol.

Me gusta desayunar entre músicas suaves y libros que invaden la mesa del salón. Con las piernas cubiertas con una mantita, que a esas horas hace frío aún.

Y hago un segundo desayuno, que ya pasaron muchas horas, pero éste al sol, que aún en Noviembre luce radiante y me pega en la cara y me guiña los ojos y me llena de luz y me carga las pilas, y me hace feliz.

Y me descubro sonriendo cuando alguien me mira emulándome y me sonrojo sin dejar de sonreír.

Y me siento estimulada sin estimulantes, y relajada sin relajantes, y dulce sin edulcorantes,…y enamorada sin enamorado, y afortunada sin premios, y poderosa sin posesiones, y segura sin corazas, y rica sin dinero, …y todo me gusta más que antes, y todo me parece más bonito, y me emociono con más facilidad, y me conmuevo y me siento tierna.

Cambié de hábitos en la primera acepción y lejos de asustarme y aburrirme y echar de menos a la Porteña y a sus ligues,…me quedo con mi sonrisa y mi soledad acompañada de mucha gente a la que quiero y que al mirarme,…también sonríe.

Pero no despido a mi Porteña que tantas alegrías me ha dado, sólo le doy vacaciones un tiempito pero espero que vuelva a mi vida en un tiempo prudencial. Y si no, yo misma iré a por ella y la traeré conmigo aunque sea a rastras.