sábado, 31 de marzo de 2007

CASTIGO DE DIOS…O DE LOS BORBONES


No sé si Dios me ha enviado un castigo por lujuria, o si han sido Los Borbones. Porque fue justo cuando terminé de escribir “La primavera la sangre altera”, fue justo entonces cuando me desapareció la alteración primaveral y me asaltó la paralización. Un ataque de lumbalgia, ciática o lo que coño sea que me impide mover la pierna y cadera izquierda y que me ha dejado emparentada, al menos temporalmente, con Marichalar.


Y todo pasa en el peor momento: primavera, viernes, solazo, comida en el campo con los amigos y mensaje del guapísimo de 28 años, protagonista o coprotagonista de “El polvo”, invitándome a compartir el fin de semana entre sus sábanas.

Todo esto tenía yo guardado hoy cuando la maldición de Los Borbones cayó sobre mí y me dejó tirada en el sofá, con dolor, con manta eléctrica, con relajantes musculares y con 2 inyectables de corticoides y nolotil, uno por nalga. Pa esto me he bajado yo las bragas el fin de semana¡

Y a tomar por culo el sol, los amigos, la comida y el esperado amante que tanto ansiaba y que aun ansío. Le respondí que estaba de viaje en Barcelona hasta el martes. Porque no permito que la lumbalgia me haga parecer vieja. Realmente esas son cosas de la edad¡ Lo de Barcelona suena mejor. Yo viajando por ahí me hace más joven, más fresca, más abierta.

Y encima, con el calentón que tengo, que no se me ha pasado todavía y que amenaza con ser monotema una temporada..., encima, me redimo en mi mala suerte y me pongo a ver la serie de Bea la fea, que nunca veo a la Bea, y que escribe un blog como yo la fea. Y hoy, precisamente hoy, va la tonta y folla con el guapo de Álvaro, que está buenísimo, y que tiene una sonrisa encantadora que me recuerda a mi niñato.

Y he pasado de las recomendaciones del médico y he salido un rato al porche para que me diera el aire. Pero más que aire, había polvo (todo es polvo en este blog), pero polvo del malo, del de las obras de enfrente, del que no gusta. Y encima, están construyendo una iglesia, que no me motiva nada y que por eso ni siquiera tengo ganas de que terminen.

Y me he vuelto a meter en casa, más desgraciada aún de lo que salí. Y he llamado a Suelen, a la que dedicaré otro capítulo otro día, para que venga a buscarme un rato para tomar un café. Y ha venido. Obligada, pero ha venido, porque aunque ella me llama todos los viernes, hoy está aquí su hermana y no se ha acordado de mí la muy zorra.

Y como la he mandado, apoyándome en mi discapacidad, a por tabaco y a la farmacia, y viendo ella el peligro cercano de tener que hacerme la compra en el Mercadona, se ha puesto un poco entre nerviosa y desagradable y me ha echado.

Pero me ha echado de forma sutil, porque ella es muy sutil, y te dice: “Uy, qué frío”, “Vas a coger frío”, “El frío es muy malo para tu espalda”, “Te vas a poner peor”, “Es mejor que te vayas a tu casa con tu mantita”, “No vas a poder quedar con tu guapo”….Y así hasta que me voy.
Y parece que no te echa y que eres tú la que te quieres ir. Así es Suelen de sutil. La muy golfa¡ Con mi guapo no se me hacen esas bromas¡

miércoles, 28 de marzo de 2007

LA PRIMAVERA, LA SANGRE ALTERA


Sí, sí. Si a mí la primavera siempre me ha alterado. De toda la vida. Yo soy estacional y resurjo en primavera y verano y me mustio en otoño e invierno. Como una maceta. Así de simple. Por eso tengo que aprovechar las estaciones buenas. Porque luego sé que inevitablemente decaigo.

Pero esta primavera es diferente. No estoy enamorada. Estoy excitada. Todo el tiempo excitada, alterada, emocionada. Cualquier cosa que ocurra me parece de lo más interesante.

Y también estoy excitada sexualmente. Me atrae más gente de lo habitual. Personas que están a mi lado durante todo el año y que me resultan sexualmente indiferentes empiezan a resultarme atractivas, sensuales, y a la hora de tener fantasías me desato en dudas pensando con quién y entremezclo a mucha gente en la misma, que va y viene sin cesar.

Todo me pone. Hasta el libro que me estoy leyendo de “La maldición de Los Borbones”. Pues también me pone¡ Porque, aunque seguramente habla de cosas más interesantes, yo me quedo con lo más superficial, con los vicios sexuales, con el tamaño genital, con el fervor en las relaciones que ponían todos los Bornones. Según el autor, claro. Que igual escribo el libro también en primavera. Y me imagino a Felipe V con Isabel Farnesio, a Carlos III con Amalia de Sajonia, a Fernando VI con Bárbara de Braganza… todo ellos locos de pasión, que incluso Fernando VI mientras su mujer luchaba entre la vida y la muerte, desahogaba una y otra vez sus bajas pasiones con la moribunda, sin reparar en su sufrimiento, sólo buscando su insaciable placer.

Y hasta eso tan macabro, me pone. Hasta traslado ese fervor sexual que caracteriza a Los Borbones en los actuales (que ahí no he llegado aún) e imagino situaciones de Juan Carlos con Sofía, esta última harta de tanto polvo, y al Príncipe de Asturias con la Leti, que igual por eso se quedó tan delgada.

Yo también quiero estar delgada. Pero también de placer.

Si esta primavera no acaba, o no me enamoro pronto, corro el riesgo de perder la mitad de la estación buscando sexo y la otra mitad inventándomelo.

Veremos a ver qué pasa¡¡¡

martes, 27 de marzo de 2007

Feria de Alcalá 2005




Verano azul a la Feria. Biutiful Holidei.

lunes, 26 de marzo de 2007

EL POLVO


El fin de semana follé.
Es curioso. Llevaba 3 meses sin echar un polvo y cuando ocurre lo cuentas y lo vives como si fueses la única persona del mundo que ha echado un polvo, como si nadie de los que están a tu alrededor hubiera follado nunca, nada más que tú. Porque después de 3 meses es algo tan novedoso¡¡¡….tan estupendo¡¡¡
No es un polvo, ni un polvazo, ni un buen polvo. Es…EL POLVO.
Esa noche yo estaba espléndida. Y no porque estuviese vestida de forma espectacular, ni yo soy espectacular ni estaba realmente guapa. Sólo que yo me sentía espléndida, abierta, estupenda, atractiva, generosa, formidable, receptiva, sociable,… Y eso se trasmite.
O igual no, y fue un golpe de suerte. No lo sé. Y realmente tampoco me importa.
Lo cierto es que él estaba allí. Y me miraba. Y era guapísimo. Y tengo testigos de ello. No fue una ilusión mía. Y se me acercó. Y me habló. Y de cerca era aun más guapo. Y yo me derretí. Me excité. Me emocioné. Me sofoqué. Me puse caliente. Y me dejé llevar. Y me llevó a su casa.
Yo soy miedosa, y en un principio no quería. Dije que no quería follar. Y mentí. Pensé que no lo conocía de nada y que podría darme una paliza una vez en su casa. Pero me arriesgué. Y llegamos allí, no sé si con más miedo que deseo. Sí sé. Mucho más deseo. Muchísimo más.
El niño tenía 28 añitos. Con cara de niño. Un niño guapísimo. Yo 35, casi 36. No tengo cara de niña, ni cuerpo de niña. Me sentía un poco Anita Obregón. Pero el deseo me pudo. Y llegamos allí.
Su compañero de piso estaba en el sofá dormido, con el Canal47 encendido y con una polla todavía morcillona en las manos. Me recordó a un adolescente, imaginé las pajas colectivas de los 2 cuando estaban en casa solos. Pero deseché la idea de la cabeza.
Una vez acostado el muchacho con más vergüenza que sueño al ver aparecer de madrugada a su compi con una mujer mayor que le cogió con sus vergüenzas fuera, nos fuimos a la habitación casi sin preámbulos y follamos.
No se puede comparar el vigor de un chico de 28 años en la cama con uno de 38. Y ya ni hablar de 48¡¡¡ Da asco la comparación.
Qué fuerza, qué intensidad, qué lozanía, qué energía, qué actividad, qué aplicación…¡¡¡¡¡ Cuántas horas, cuánta saliva, cuánto sudor, cuántos latidos, cuántos orgasmos, cuánta pasión…¡¡¡¡
Disfruté como una loca, como una cerda. Dije todas las barbaridades que me sabía y las que me inventé.
Y mira que en un principio me desnudé con cierta vergüenza y lo aparté suavemente tras darme cuenta de que no me había depilado todo lo depilable. Pero luego no me importó. La dignidad me duró unos segundos y al momento gritaba como una cerda.
Pero me encantó. Pa fuera telarañas¡ Que me quiten lo bailao¡ A vivir que son tres días¡ Fóllame, fóllame¡
Al día siguiente sin dormir. Sonrisa de oreja a oreja. Agujetas. Exaltación de la realidad. Euforia. Dificultad al caminar.
Y ahora, después de 3 días y sin llamadas ni mensajes pienso: tendría una cámara web el niñato? Saldré en TV o en Internet? Me colgará en la Web de CCOO? Me pidió el teléfono para publicar un anuncio en la sección de maduras? Y ahí me quedo sin argumentos, me paralizo, me pongo enferma,…y para sobrellevarlo me digo: Yo diré que no soy yo. Y eso me deja dormir por las noches. O al menos, eso deseo.

LA NIÑA CHICA

MADE IN CHINA. Con cámara incorporada. Complexión…sin complexión.

Es una niña china abandonada en un orfanato que la abuela adoptó con fines sexuales. Está reencarnada en un catalán medio calvo de 38 años, freelance y daltónico.

Quizás el gobierno de Alcalá la contrató para reducir la agresividad de la abuela, a partir de las presiones de los amigos, que subvencionaron el traslado.

Vive para y por la abuela. Agradecido hasta la médula de su rescate, ya que vivía como una princesita pobretona en un palacio en El Masnou, con visitas esporádicas de homosexuales reprimidos, drogadictos sin escrúpulos y otros especimenes con distintos cuadros psicopatológicos que describiremos en otro capítulo.

Le encanta preguntarlo todo, aunque nunca se entera de nada. Pero tiene una capacidad de escucha activa superior a la de todos.

Sus gustos son: acariciar a la abuela, quitarle las contracturas a la abuela, tocarle las tetas a la abuela, besar a la abuela y follarse a la abuela. Y si la abuela no está: llamar a la abuela, hablar de la abuela y echar de menos a la abuela.

Si la abuela no lo controlara sería una niña chica polidependiente, multiproblemática, perdida, apaleada y violada por todos.

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Ahora está pegando el estirón. Y se está dejando barba la tonta, para echarme a perder el personaje. Además, se ha hecho devota de la Macarena. Ve la estampita que le regaló Manoli y el alquiler de la casa y los gatos como una relación causa y efecto. Y ahora cree en las santas. La Macarena Santa¡¡¡ Lo que hay que oir¡¡¡

Pero no creo que le dure el efecto mucho tiempo. A la abuela le pica la barba¡¡

jueves, 22 de marzo de 2007

Mi hippy

Llevo tres semanas sin ver a mi hippy, sin hablar con él. Nunca había pasado tanto tiempo.

Me acuerdo mucho de él. Le echo de menos. Le quiero mucho. Sueño con él. Fantaseo con él. Es la primera persona en la que pienso cuando me levanto y la última que recuerdo antes de dormirme. Y también me acuerdo de él muchas veces al cabo del día. Pero ya no tanto como antes.

Soy capaz de divertirme, de reirme, de hacer planes, de sentirme feliz, sin estar él, sin que él aparezca en mis pensamientos.

Ya no tengo que preocuparme de si me llama o deja de hacerlo, de si vendrá, de dónde está y con quién,...porque ya ha dejado de importarme, porque ya no forma parte de vi vida actual, de mi círculo, de mi gente. Y eso me da mucha libertad. El no estar esperando nada de él.

Hay veces que me muero por verlo, por llamarlo,...y pienso en una excusa, que tengo miles. Pero me paro, porque sé que no sirve de nada y que me voy a arrepentir, porque no haría otra cosa que volver a meterme en un triángulo de mentiras, de malos rollos, de esperanzas de desespero, de amor, de odio, de llantos, de risas amargas, de soledad.

Hay veces que le echo tanto de menos que me dan ganas de llorar. Y lloro. Lloro por lo que añoro y porque no puedo recuperar algo que hace tanto tiempo que está perdido que a veces creo que no existió y que me lo inventé.

Me siento orgullosa después de vencer un impulso de llamarlo. Me siento valiente. Porque realmente me cuesta mucho seguir adelante sin él. Y porque sé que está tan cerca,...y tan lejos...

Pero lo intento. Y sé que esto será cada vez menos difícil.

Hay veces que, como hoy, me siento muy triste, pero sé que dentro de unas horas, que mañana, dejaré de estarlo. Porque la tristeza, menos mal¡, es un estado pasajero.

Es ahora, que estoy releyendo lo escrito, y que he dejado de llorar, y ya no me siento tan triste.

Incluso pienso que cómo coño puedo ser tan dramática.

LA ABUELA

Tiene 36 años, pero es mayor. La espalda y el cuello lleno de contracturas que no sanan con relajantes ni con antiinflamatorios, sino con caricias, con atención, con cariño, con besos, con polvos,...
A veces pone cara de abuela rancia, con las cejas, la frente y la nariz fruncidas. La boca de asco, los ojos de asco. Parece que está a punto de escupirte.. Pero si la miras, sonríe con una sonrisa falsa y suelta un "jam".
Cuando está relajada resulta muy divertida. Y tiene una risa bonita, alegre, contagiosa, con 2 hoyuelos en las mejillas. Pero la saca poco. Ahora mucho más.
Ya va resolviendo el tema de su agresividad mediante el amor, la terapia individual, los grupos,... Pero le cuesta un dineral y eso puede provocarle de nuevo agresividad.
Es de complexión fuerte. Viste de forma cómoda, sin tacones, como las abuelas. Usa bragas grandes, calcetines abrigados, sujetadores que le tapan todo el pecho. Es la abuela.
Es un 6. Está definida.
Nunca ha tenido familia. Ahora está empezando a tenerla. Pero está alejada. Su familia es la niña chica, su mayor apoyo, su tabla de salvación.
Hoy en día no podía imaginarme a la abuela sin la niña chica. Sería una abuela abandonada en una gasolinera.
Se tira unos pedos enormes, que asustan a todos los niños y adultos del vecindario.
Pero ella se ríe. Y la niña chica también.