viernes, 30 de enero de 2009

A LAS 2 EN CASA

Son las 12 de la noche, de la madrugada, de la mañana,... Porque ya no me acuerdo del tiempo que hace que no me acuesto tan tarde. Porque ya me voy a la cama con mi gordo cuando le entra el sueño y me despierto cuando quiere levantarse y mi vida gira en torno a él.

Bueno, hace como un mes, salí con unos colegas. Fuimos a ver un monólogo. Tuve que pedir permiso para salir y que mis papis se quedasen con mi chico. Tuve que llorar incluso. Lloré de desesperación, de ganas de evadirme, pedí por favor un respiro, dramaticé y sollocé y grité y se me encogió el pecho pidiendo auxilio. Y ellos accedieron a mi petición de gracia y me dejaron.

Sólo obtuve el beneplácito para la actuación que terminaba a las 11 y yo dije que a las 12 y me puse de margen hasta las 2 para el regreso.

Fue muy extraño. Porque me sentí adolescente y recordé cuando me decían a las 2 en casa y yo me agogiaba toda la noche pensando: "me quedan 2 horas, me queda 1 hora, me queda media hora..."y cuando me quedaba un cuarto de hora decía: "a la mierda, Que me castiguen". Y ya me relajaba.

Pero claro..., ya no soy adolescente. Y ya no valen los castigos. Y ya esta mierda de conciencia no me deja defasarme ni descontrolar. Y volví a las 2. Bueno..., a las 2 y media. Ese es el máximo de rebeldía que me permite esta consciencia absurda que me dejó la maternidad.

Es lo único que me quedó tras el parto, la culpa y la responsabilidad. Además de un pecho vacío que me cuelga como carne loca y con el que no me hablo desde entonces. Los kilos los perdí con hambre y abdominales y ya casi soy la misma físicamente. Pero la vida, no sólo me cambió, sino que desapareció, y a veces me arrepiento. Un poco. Sólo un poquito. Y se me pasa cuando me asomo a la cuna. Joder¡¡¡ Como se quiere tanto a alguien que conoces de hace tan poco¡¡¡