ORDENANDO...

Cuando intento poner orden, descubro el desorden que escondía.

En todo. En los armarios, en la cocina, en el despacho, en los papeles, en los libros, en la comida, en las fotos, en la música. En definitiva…en mi vida.

Este sueño me descubrió que hacía años que no dormía. Esta hambre, que hacía mucho que no comía. Este silencio, que hacía tiempo que no escuchaba. Esta paz, que hacía siglos que no me relajaba.

Si miro hacia atrás, no sé poner inicio al caos, se me va atrasando demasiado en el pasado y no recuerdo,…

Hoy me tocaron los armarios. Acepté, después de un fin de semana de enfados frente al espejo, que ya no tengo la misma talla. Que subí.

En el más o menos orden de los armarios, bajo esa apariencia casi ordenada,…descubro un desorden entre tanta ropa, entre tanta talla tan distinta en tan poco tiempo…que fui adelgazando mucho y perdiendo muchas cosas además del peso.

Hoy quiero recuperarlo todo, recuperar al menos lo que perdí de bueno, lo que perdí de inocencia, lo que perdí de calma, lo que perdí de sentido común,… Y quisiera también recuperar la alegría, que nunca me quejé de su falta, pero que últimamente estaba aliñada con condimentos, se disfrazaba, se inventaba,… Y la alegría, la risa, la exaltación, la diversión, las ganas, el entusiasmo, el disfrute,… es mucho más difícil sin fiestas, sin alcohol, sin juergas, sin drogas,… sin máscaras, sin caretas.

Hoy ordené los armarios...y así también intento ordenar mi vida. Ahora que pierdo la talla,…y pierdo un poco también el egocentrismo, la vanidad, la chulería…y que miro más hacia adentro que nunca.