viernes, 10 de octubre de 2008

SOÑAR CONTIGO

Estaba acostumbrada a vivir la vida de forma intensa. A mirar por mí, a divertirme, a tener mucho tiempo libre, a disfrutarlo, a no mirar por nadie, a no dar explicaciones, a ser egoísta, a salir, a leer, a hacer lo que me apetecía en el momento que me apetecía, a no comer, a dormir poco, a follar mucho, a tirarme juergas de fin de semana, a descontrolar,…

Y ahora es como si la vida se hubiese parado en seco. Cogió otro camino distinto, donde ahora lo importante no soy yo, la prioridad no soy yo, el centro no soy yo. Vivo pendiente de otra persona que me necesita, que depende de mí, que me llama, que me sonríe, que me llora…

Y a veces me angustio. Porque aunque sé que mi vida cambió, tengo que incorporar los cambios dentro de mi otra vida. Y soy incapaz. Incapaz de relajarme un rato y tomarme una copa, incapaz de no acudir a cada llamada, incapaz de tomarme un respiro aún sabiendo que no pasa nada, que todo va bien.

Y me pierdo una parte de la vida, que también es mi vida.

Y entonces, cuando él se duerme y yo me relajo y todo queda en silencio, como cerré la puerta y puse en silencio los móviles… entonces… sueño.

Y sueño con una vida que podría ser la mía. No con una vida distinta donde él no existiese, no con un cuento de hadas, no con ilusiones vanas, no con historias imposibles…no.

Sueño con momentos que podría vivir, con historias que podrían pasar, con licencias que podría aceptar, con besos que podría sentir, con palabras que podría escuchar,…

Cuando apago las luces y todo está en calma, cuando cierro los ojos y me dejo caer, entonces…entonces… sueño contigo.

martes, 7 de octubre de 2008

DESAYUNO CON DORAEMON



Cuando mi sobrina de tres años vió la primera ecografía de mi chico, con dimensiones tan desproporcionadas de cabeza-cuerpo en los primeros meses de gestación, me dijo: “Tita, el primo se parece a Doraemon”.

Yo entonces no sabía quién era ese personaje y tampoco imaginaba entonces que ahora desayunaría en vez de con diamantes o con música a toda leche, como siempre, con Doraemon y sus amiguitos, entre otros.

Mi niño se emboba, supongo que por los colores y la animación del dibujo. Yo, como el desayuno es la única comida que realizo sentada, que las otras las hago de pie en la cocina o mientras camino de un lado a otro, me siento a su lado y me embobo también en estos dibujos tan diferentes a los que veía yo cuando era pequeña.

Heidi, La Abeja Maya, Los Picapiedra, el Oso Yogy, Bugs Bunny, Wickie el Vikingo, Tom y Jerry, Calimero, Mazinguer Z, Speedy González, Los Pitufos, Cartacán y los tres mosqueperros, Willie Fog, Superratón… son series que quedan en el recuerdo y que venden en teletiendas y en promociones del 902 en lotes ofertas. ¿Alguien lo compra?

Hoy los dibujos han cambiado. Mucho más cachondos que las tristezas de ese Marco buscando a su madre. Shin Chan, Los Simpsons, Padre de familia,…éste último superfuerte, pero que los niños ven desde pequeños y lo siguen más que yo.

Yo no me sé los nombres de todos esos dibujos japoneses donde salen esos chicos con pelos de colores dando saltos y peleándose todo el tiempo, y sólo sé el de Bob Esponja, Pocoyó, La casa de Mickey Mouse y Doraimond. Estos dos últimos los veo todos los días y hasta les presto atención. No sé si los niños de hoy se frustran sin tener a mano mickeyherramientas o esos aparatos que Doraemon se saca de la barriga o de los huevos, no sé.

Lo cierto es que Doraemon marca a una generación no sólo de niños sino de padres y es curioso que el otro día fuese tema de conversación en la cervecita en una terraza, ya no sólo en mi mesa, sino que el camarero y los clientes de las mesas vecinas intervenían en una conversación-debate donde se hablaba de la voz tan chocante de Shizuka, de lo pavo que es Nubita o de la mala leche de Sumeo.

Fue una sensación muy rara el descubrirme en estos temas, que además en esta ocasión, saqué yo.

Y aunque echaré mucho de menos a mi gordo… tengo ya ganas de incorporarme al trabajo para recuperar un poco de vida social y entablar conversaciones de otros temas mejores y peores y quizás incluso también que me inspiren escribir entradas menos infantiles que ésta.

sábado, 20 de septiembre de 2008

LA BARRIADA


Cuando me hipotequé hasta los ojos en esta casa pensé realmente en que viviría en un pueblo tranquilo, en una zona tranquilita, familiar,… en fin, eso que te venden cuando compras.

Pero resulta que ahora parece que vivo en una barriada marginal. Sólo falta el aguador.

Lo tengo todo: adolescentes en la puerta haciendo botellón y gritando todos los improperios habidos y por haber, niñatos imberbes adictos al youporn que vociferan lo que les harían a la niña que va pasando y que eruptan y se tiran unos pedos de concurso, obreros calientes en frente de casa que te miran lascivos cuando abres las ventanas y que silban más que escupen y mucho más de lo que trabajan, tubos de escape pegados a motillos que hacen temblar los cristales,…

Pero lo peor de todo son los hijos de los vecinos de al lado. Uno de ellos, el chico, es uno de los canis de la pandilla de los tubos de escape y lo tunnis. La hermana es peor. No le he visto nunca la cara, pero la escucho cantar todos los días, sobre todo por las noches, con el Canal Fiesta a toda leche. Y si no es el Fiesta, repite con insistencia temas de Camela y de Haze con su Te estoy amando locamenti y su tributo a la cocaína, que es una versión entre las Grecas, la canción de El Queco Caballo Maldito y Prisionero de la Droga de Los Cholis.

A mí me molesta un poco la música pero me aguanto, pero no quiero que mi hijo crezca escuchando estos quinquicantes. Entre eso y el vecino que viene con la guitarrra recordando a los Chichos a cantarle “Pápa no le pegues a la máma” (y pongo la tilde ahí porque es donde él pone el acento)… me siento un poquito cada vez más Belén Esteban y temo comenzar a descuidarme y a comprarme chándales (cuál es el plural de chándal) rosas en los rastros y batas de guatiné. Ya de momento, y en contra de todo glamour, la Suelen me regaló una faja. Por ahí se empieza?

martes, 2 de septiembre de 2008

PRIMERA SALIDA


La primera salida post parto fue un completo fracaso. Un desastre.

Estaba muy nerviosa, como una adolescente a la que dejan llegar por primera vez a casa tarde, como si fuese a salir con un tipo que me gusta mucho, como si fuera a pasarme algo maravilloso.

Y no pasó nada. Qué digo¡¡ Peor que nada.

Salí con Suelen, la Patiño y la Amargada, que desde que se separó de cuerpo y alma, sobretodo de alma, y está bien follada ya no está amargada y tengo que dedicarle otra entrada más cariñosa. Pero eso otro día.

Después de nueve meses sin salir, te das cuenta que todo sigue igual. No cambia nada. No pasa nada maravilloso que hace esa salida especial. Haces lo mismo de siempre, acabas con la gente de siempre, en el porche de siempre, con los Corajes de siempre y como siempre o aun más borracha de lo de siempre.

Lo único que cambia es que al día siguiente, al rato siguiente, porque por supuesto alargué la cogorza hasta por la mañana, estás en vez de durmiendo, cogiendo a un niño que tiene gases.

Y tú estás peor, porque además de gases tienes dolor de cabeza, temblores, sudores, mareo y la fatiga de la muerte… Pero no importa. La importancia en estos casos es tan relativa…

Nunca mais.

VOLVER



Esperaba la vuelta a casa por recuperar la poca independencia que aun me queda después del parto. Pero temía, y aun temo el verme sola con mi chico y no ser capaz de hacer de mama sin morir en el intento.

Por supuesto que echo de menos a mi familia, incluida y sobretodo la abuelita psicópata. Se nota mucho. Tener que ocuparme de mi gordo yo sola y además cocinar, lavar, planchar, limpiar y demás actos a los que ya no estoy acostumbrada es complicado. Y más con el olvidado dolor de espaldas que me ha vuelto por acostumbrar al nene a los brazos.

El chico extraña todo, por lo que la primera noche fue complicado poder coger el sueño con todo tan extraño alrededor, tantos colores,… Pero fue bien.

Al día siguiente fue peor. Ducharme con un niño al lado en una hamaca en el suelo y aparecer y desaparecer tras las cortinas con un “traaaa¡” para que no llore, vestirme a su lado mientras me mira desnuda asombrado y descojonado tras el descubrimiento, comerme una tostada retostada dos veces en tres asaltos y dejar la mitad, estar más de media hora tomando un café y compartirlo con una mosca que vive con nosotros y que se tomó la mitad caliente y yo me quedé con la fría, entrar y salir del baño con las bragas por las rodillas cada vez que siento el llanto y sin poder terminar lo que iba a hacer,… En fin. Esas pequeñas cosas…

Supongo que me acostumbraré. Yo al caos siempre me acostumbro. Y este de ahora que me viene tan guapo y que sonríe tanto…mucho más.

miércoles, 6 de agosto de 2008

ABUELITA PSICÓPATA

No está bien hablar mal de alguien que te ha parido y que te ayuda a salir adelante y a cuidar a tu hijo, pero lo hago desde el cariño.

Una vez excusada, diré que me asusta de vez en cuando esa visión de la abuela psicópata, que por acompañarme en el parto dice que “ya hemos parido”, que habla de él como si también le hubiese dolido, que utiliza la primera persona para todo lo referente a embarazo y parto y que enloquece cuando hago alguna referencia a regresar ya a mi casa.

La abuelita psicópata me arranca al niño de los brazos si lo siente llorar, se levanta de madrugada a mirar al chico, le habla como si fuese su mami, siempre tiene razón en lo referente a por qué llora el niño, utiliza mis salidas al baño o a cambiarme para cogerlo de la cuna fingiendo que llora,…le habla mal de mí: “Mira tu mamá, que se va a comer con los amigos y te deja solito. No te quiere. Yo te quiero más que tu mamá”. Para una vez que salgo y regreso a casa a las dos horas a medio comer y con un nudo en la garganta pensando que lo ha raptado.

Ella se ofrece a quedarse de noche con el niño con la excusa de que yo descanse, me incita a que salga, incluso a que me vaya a mi casa unos días sin el niño, ... Me denunciaría a los Servicios Sociales por abandono si lo hiciera... Dice que debo quedarme al menos un año con ellos. No se fía de mí. Se pone nerviosa.

Me enerva, me saca de mis casillas con sus comentarios. Dice que es su niño, que incluso lleva sus apellidos, que se relaja más con ella, que la reconoce como a su madre. Cuando me siente que reviento, ella se ríe. Es una psicópata.

A veces sueño que despierto y la veo en la mecedora amamantando a mi chico, como en “la mano que mece la cuna”. La teta seca de la abuela psicópata me quita el sueño y me vuelve un poquito paranoica a mí también.

A ver cómo acaba esto.

martes, 22 de julio de 2008

EL PARTO

Haciendo honor a su madre, el nene decidió empezar la lenta salida un viernes a las 4 de la tarde, justo cuando yo antaño empezaba las mías, y nació la madrugada de un lunes a las 5:55, justo también cuando yo decidía que el fin de semana se acababa.
Dicen que las mujeres segregamos una hormona que hace que se te olviden los dolores del parto. En mi caso no ha sido así. Duele. Duele mucho. Duele que te cagas.
Yo lloraba diciéndole al matrono que no podía más y él me miraba como diciéndome "pues nada, vete" Pero irse a casa con las contracciones no mola, así que me quedé. Juro que si en ese momento hubiese podido decidir hubiese dicho "vale, paso. No lo tengo. Me rindo". Pero por supuesto no fue así y me alegro tanto¡¡¡
Sin duda es lo mejor que me ha pasado y soy feliz, a pesar de los los puntos, de las hemorroides y de la falta de sueño, de estar hoy en día con el que sin duda es el hombre de mi vida que me enamoró a primera vista.

viernes, 16 de mayo de 2008

ESCONDIÉNDOME

Me siento como una adolescente, escondiéndome para fumarme un cigarro. Lo que jode esconderse. Pero más joden las miradas de reproche de mira qué mala madre que fuma estando preñada.

Y es que hasta a mí me da mala conciencia, y no es que fume mucho, pero de vez en cuando “lo necesito” realmente.

Y no es que me esconda de mis padres, que también, sino de todo el mundo. Y fumo en el baño de los bares, dándole dos caladas rápidas y ahuyentando el humo, intentando que no se note. Las rayas en los baños no dan tanta ansiedad como esto.

Ahora me escondo hasta de los montadores del Ikea que están arriba mientras yo escribo, que ya ves qué coño les importo yo a los tíos y qué me importan ellos a mí. Pero me escondo. Escucho los pasos en la escalera y me levanto como una loca. Será que los reproches de los otros me pesan porque realmente son los míos. Esta Milá que llevo dentro y no me deja disfrutar de los pocos vicios que me quedaron durante la gestación. Ya me podría haber dado por follar, que es más sano y adelanta el parto¡ Pero a estas alturas ya ni me lo planteo hasta que no pase la cuarentena.

Ya tengo asumido que hasta agosto no hay nada que hacer. Y eso esperando que no tenga después un periodo de abstinencia por otras causas. Que este embarazo me llena de felicidad, sí, pero también de kilos y de estrías poco apetecibles sexualmente.

sábado, 23 de febrero de 2008

LLUEVE

En 5 meses he puesto 12 kilos. Quizás algo más en dos días que llevo sin pesarme.

Es impresionante¡¡¡ Pero creo afirmar sin equivocarme que al menos 4 de los kilos son de pecho que crecen como la carne loca. Al izquierdo ni le hablo, por su afán de protagonismo ante su compañero. Y sé que ya nunca volverán ni siquiera a dónde estaban, que no era demasiado alto.

Los otros kilos están en la zona abdominal, a lo largo y a lo ancho, porque no sólo me creció la barriga, sino que las caderas han tomado un espacio que no les corresponden.

Me es imposible moverme con normalidad con este espacio de mi espacio ocupado. No sé cómo la gente puede hacer vida normal en este estado, pero ya a mí me resulta complicado levantarme, calzarme y esas cosas que antes hacía sin dificultad.

Mi naturaleza exagerada hace que parezca que no es para tanto. Y seguramente no lo sea. No lo es, no lo es,… Sólo que hoy el día es triste, llueve, hace viento, y me apetece chimenea y vino y guitarra y vino y amigos y vino,… y no puedo beber y olvidarme de este invierno que vino hoy así de repente. Hoy además, que me llamó a las 7 de la mañana el niñato, el niñato inicial, el niñato guapo ese que asaltó un día la primavera…

Yo estaba ya levantada. Me sorprendió la llamada. Ni siquiera recordaba el nombre. Pasó tanto tiempo, pasaron tantas cosas,…y al pobre se le cortaría todo cuando le dije que no estaba yo mucho pa follar en este estado.

Otro que me borró de su agenda por fértil. Tendré que empezar a construir otra después de parida.

Menos mal, después de todo, que la etapa de promiscuidad anterior me ayuda en el ayuno sexual de estos meses.

lunes, 28 de enero de 2008

LA FRIVOLIDAD PERDIDA

Echo de menos yo también la frivolidad. Aunque a veces me viene, y redacto mentalmente nuevas entradas que no escribo porque normalmente me coje fuera de casa, o en la ducha, o simplemente no tengo ganas de levantarme a sentarme frente al ordenador. Pienso “Luego lo escribo”, porque me parece tan original la entrada pensada que pienso que no se me va a olvidar. Pero lo cierto es que me olvido. Será que no era ni original ni nada.

Yo también me aburro. No me pasa nada que pueda contar. Me volví aburrida y con más miedo a la realidad que se me vuelve cruda cuando pienso en lo que se me viene encima, que me alegra y me asusta, me ilusiona y me asusta, que ardo en deseos y me asusta,…siempre me asusta.

A veces pienso si esto no me ocurrió sólo para poner a salvo la vida tan al borde del abismo como la que llevaba. Pero lo cierto es que echo de menos estar al borde de algo, incluso tan al borde que me caiga de vez en cuando, aunque me haga daño.

Pero espero recuperar parte de la frivolidad que siempre me ayudó para arrancar cada día.

Mientras tanto menos mal que hay tantos escritores no en cinta que escriben libros estupendos, y yo me los bebo y me sumerjo en las vidas de otros, y así pierdo un poco la serenidad y me reinvento y vivo la vida casi siempre exagerada de otros, mientras espero al que sin duda será el hombre de mi vida.
Y después,…espero algún día recuperar parte de la frivolidad y de la vida que se me paró de golpe para poder seguir viviendo un poco más.