lunes, 28 de enero de 2008

LA FRIVOLIDAD PERDIDA

Echo de menos yo también la frivolidad. Aunque a veces me viene, y redacto mentalmente nuevas entradas que no escribo porque normalmente me coje fuera de casa, o en la ducha, o simplemente no tengo ganas de levantarme a sentarme frente al ordenador. Pienso “Luego lo escribo”, porque me parece tan original la entrada pensada que pienso que no se me va a olvidar. Pero lo cierto es que me olvido. Será que no era ni original ni nada.

Yo también me aburro. No me pasa nada que pueda contar. Me volví aburrida y con más miedo a la realidad que se me vuelve cruda cuando pienso en lo que se me viene encima, que me alegra y me asusta, me ilusiona y me asusta, que ardo en deseos y me asusta,…siempre me asusta.

A veces pienso si esto no me ocurrió sólo para poner a salvo la vida tan al borde del abismo como la que llevaba. Pero lo cierto es que echo de menos estar al borde de algo, incluso tan al borde que me caiga de vez en cuando, aunque me haga daño.

Pero espero recuperar parte de la frivolidad que siempre me ayudó para arrancar cada día.

Mientras tanto menos mal que hay tantos escritores no en cinta que escriben libros estupendos, y yo me los bebo y me sumerjo en las vidas de otros, y así pierdo un poco la serenidad y me reinvento y vivo la vida casi siempre exagerada de otros, mientras espero al que sin duda será el hombre de mi vida.
Y después,…espero algún día recuperar parte de la frivolidad y de la vida que se me paró de golpe para poder seguir viviendo un poco más.