martes, 24 de julio de 2007

CONFIESO


Confieso que cuanto más lejos se me va la gente, más la echo de menos y que aunque deseo fervientemente que llegue el 1 de Agosto, me provoca nostalgia estar un mes sin ver y sin bromear con muchos compañeros.


Confieso, que últimamente, lejos de ser misógina, me intereso mucho más por los hombres que por las mujeres, aunque sea en el terreno de la amistad.


Confieso que he visto en sueños pero sin dormir las caderas desnudas de Travolta sobre mi cama, y que yo no sé si guiñaba los ojos o me había sometido a una operación de rajado de ojo, o no sé bien.


Confieso que el hippy de greñas al que la peluquera le plancha el pelo de vez en cuando dejándolo como un indio me parece que está más bueno que nunca, y que busco su abrazo más a menudo que antes.


Confieso que el niño de la puebla no parece tan niño con las barbitas de 3 días y su sonrisa picaresca me parece picarona, y que estoy demostrando un falso interés por el Fhash, que ni siquiera sé lo que es.


Confieso que he comprado otro ficus para la habitación y lo miro con fines sexuales, que riego a diario los setos y les echo fertilizantes para que crezcan y venga alguien a podarlos.
Confieso que he aprendido a decir “me gustas” y otras cosas menos finas en lengua de signos españolas, y que estoy pensando que la monitora de LSE no era tan buena como yo creía.


Confieso que nunca me ha interesado tanto cómo va el orienta en Nerva y que estoy volcada con las asociaciones de discapacitados de la zona.


Confieso que me imagino realizando un curso de escolta en septiembre, rodeada de policías y otros uniformados que se desnudan mientras me tienen atada a una silla y de fondo suena “Nueve semanas y media”.


Y no es que esté en una etapa promiscua, sino que mi mente últimamente es promiscua, ella sola, sin avisar, y que eso de “deseas lo que ves” nunca ha sido mi caso pero empiezo a desconfiar de mi misma.


Y estoy convencida que esto se me pasará en el mismo momento en el que empiece a tener una actividad sexual normal, acorde a mi edad y a mis necesidades. El viernes he quedado con el alérgico al latex, que no me asegura nada, como siempre. Y menos aún con la lumbalgia que tengo, que ni siquiera apuesto por quitarme la ropa sin ayuda.


Si no llegan pronto las vacaciones corro el riesgo de que todos me pierdan el respeto en el trabajo. Si aún queda alguien que no lo perdió.


Confieso que mientras escribo esto estoy bajo los efectos de potentes relajantes musculares y que me siento drogada. Eso siempre será un atenuante ante cualquier demanda.


Confieso que últimamente la palabra “demanda” me da escalofríos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El niño de La Puebla confiesa que dentro de su apariencia a veces fría y un tanto pícara se esconde alguien a quien le da miedo defraudar a los demas; un tipo impulsivo, apasionado y lleno de cosas que empiezas a descubrir.

Confieso que es un placer que tu seas una de esas personas, aunque, a veces, seas un poco cotilla; pero te perdono. Ya te di un beso en los labios y no puedo enfadarme contigo.

Confieso, también, que a mi tampoco me gusta nada la monitora de LSE, pero eso ya tú lo sabes.

Confieso que, además, de unos ojos bonitos (los de arriba) también tienes algo que te hace ser tú. Te preocupas por los demás y a veces demasiado; pero eso, sin duda, dice mucho y muy bueno de ti. Y se que eso seguirá siendo así.

Un besito gordo.... y arriba el poblado!!!!!!!!!!!!

Ah, se me olvidaba, el Flash sirve para hacer presentaciones y películas interactivas y dinámicas (para que lo sepas)

MANUCHAO dijo...

PADRE...

CONFIESO que al cruzar la puerta de este blog mas que en entrar pensé en penetrar y en lugar de salir quería sacar.

CONFIESO que mi jefa no deja de recordarme al gran Bukowski,no por la barba que la ha cambiado por unos bonitos ojos azules sino por su forma de escribir la vida.

CONFIESO que pollones, niñatos, forúnculos y otras especies me han dejao con las patas colgando.

CONFIESO que los muertos no necesitan aspirinas pero quizás se necesitan unos a otros.

CONFIESO que no puedo evitar una extraña sensación en mi estómago.

CONFIESO que me encuentro feliz y que tengo ganas de compartirlo.

CONFIESO que eres genial, que he ganado una apuesta y que tengo que seguir trabajando.

Un Beso.

Anónimo dijo...

Mil gracias a El Niño de la Puebla y a Manuchao por alabarme tanto. No voy a considerarlo peloteo porque no me da la gana, porque prefiero creer que me quieren, porque yo también los quiero.
Un beso