lunes, 26 de marzo de 2007

EL POLVO


El fin de semana follé.
Es curioso. Llevaba 3 meses sin echar un polvo y cuando ocurre lo cuentas y lo vives como si fueses la única persona del mundo que ha echado un polvo, como si nadie de los que están a tu alrededor hubiera follado nunca, nada más que tú. Porque después de 3 meses es algo tan novedoso¡¡¡….tan estupendo¡¡¡
No es un polvo, ni un polvazo, ni un buen polvo. Es…EL POLVO.
Esa noche yo estaba espléndida. Y no porque estuviese vestida de forma espectacular, ni yo soy espectacular ni estaba realmente guapa. Sólo que yo me sentía espléndida, abierta, estupenda, atractiva, generosa, formidable, receptiva, sociable,… Y eso se trasmite.
O igual no, y fue un golpe de suerte. No lo sé. Y realmente tampoco me importa.
Lo cierto es que él estaba allí. Y me miraba. Y era guapísimo. Y tengo testigos de ello. No fue una ilusión mía. Y se me acercó. Y me habló. Y de cerca era aun más guapo. Y yo me derretí. Me excité. Me emocioné. Me sofoqué. Me puse caliente. Y me dejé llevar. Y me llevó a su casa.
Yo soy miedosa, y en un principio no quería. Dije que no quería follar. Y mentí. Pensé que no lo conocía de nada y que podría darme una paliza una vez en su casa. Pero me arriesgué. Y llegamos allí, no sé si con más miedo que deseo. Sí sé. Mucho más deseo. Muchísimo más.
El niño tenía 28 añitos. Con cara de niño. Un niño guapísimo. Yo 35, casi 36. No tengo cara de niña, ni cuerpo de niña. Me sentía un poco Anita Obregón. Pero el deseo me pudo. Y llegamos allí.
Su compañero de piso estaba en el sofá dormido, con el Canal47 encendido y con una polla todavía morcillona en las manos. Me recordó a un adolescente, imaginé las pajas colectivas de los 2 cuando estaban en casa solos. Pero deseché la idea de la cabeza.
Una vez acostado el muchacho con más vergüenza que sueño al ver aparecer de madrugada a su compi con una mujer mayor que le cogió con sus vergüenzas fuera, nos fuimos a la habitación casi sin preámbulos y follamos.
No se puede comparar el vigor de un chico de 28 años en la cama con uno de 38. Y ya ni hablar de 48¡¡¡ Da asco la comparación.
Qué fuerza, qué intensidad, qué lozanía, qué energía, qué actividad, qué aplicación…¡¡¡¡¡ Cuántas horas, cuánta saliva, cuánto sudor, cuántos latidos, cuántos orgasmos, cuánta pasión…¡¡¡¡
Disfruté como una loca, como una cerda. Dije todas las barbaridades que me sabía y las que me inventé.
Y mira que en un principio me desnudé con cierta vergüenza y lo aparté suavemente tras darme cuenta de que no me había depilado todo lo depilable. Pero luego no me importó. La dignidad me duró unos segundos y al momento gritaba como una cerda.
Pero me encantó. Pa fuera telarañas¡ Que me quiten lo bailao¡ A vivir que son tres días¡ Fóllame, fóllame¡
Al día siguiente sin dormir. Sonrisa de oreja a oreja. Agujetas. Exaltación de la realidad. Euforia. Dificultad al caminar.
Y ahora, después de 3 días y sin llamadas ni mensajes pienso: tendría una cámara web el niñato? Saldré en TV o en Internet? Me colgará en la Web de CCOO? Me pidió el teléfono para publicar un anuncio en la sección de maduras? Y ahí me quedo sin argumentos, me paralizo, me pongo enferma,…y para sobrellevarlo me digo: Yo diré que no soy yo. Y eso me deja dormir por las noches. O al menos, eso deseo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Miedo me das....

¿No te vas a guardar nada para ti?

Sin complejos jajajajajajaja que fuerteeee....