martes, 21 de agosto de 2007

EL YOYAS


De todos los hombres que había en Lanzarote, me tuvo que engañar el más inofensivo sentimentalmente. Porque había terminado una relación, o eso me dijo, y se encontraba solo y deprimido, con la autoestima a ras del suelo, y no le apetecía salir, ni conocer gente. Vamos, el tipo de tío al que normalmente me engancho. El que viene de vuelta de una relación, echo polvo, yo le subo la autoestima y después se largan dejando la mía tambaleándose.

El Yoyas es catalán. Del mismo barrio que el otro. Yo soy un poquito Fayna. Estaba de vacaciones en mi mismo hotel, vecino de al lado. A mí me gustó el primer día que lo ví. No sé por qué. Quizás por la altura. Un tió alto para mí ya tiene 4 puntos. Sólo le falta 1 punto para el aprobado, que si no es tonto del culo y es capaz de coordinar las palabras, ya lo tiene. Me gustan los tíos altos por la sensación de empinarme para darles un beso en la boca, para abrazarles por encima de los hombros. Me recuerdan viejos tiempos cuando yo estaba enamorada del primer amor de mi vida que pensaba que sería el último. Y no.

Tonteamos, lo típico en los vecinos de ¿tienes coca-cola?, ¿te sobra hielo? Y esas tonterías para entablar conversación. Nos lo encontramos una noche esperándonos con su amigo La Pulga con la luz apagada y pegados al cristal como dos salamanquesas, corrió descalzo por la tierra volcánica para conseguirnos el hielo y se vinieron a nuestro bungalow a tomar una copa.


Nosotras teníamos un puntazo estupendo. Empezamos a bromear. A mí me dio por él y empecé a vacilarle casi sin darme cuenta, a chincharle, casi a apedrearle, hasta que el chaval perdió los nervios, me dijo pija, me dijo que me parecía al Guti, del Real Madrid, me dijo de tó, y se fue indignado, dejándonos con la boca abierta.

Qué mala follá el tío¡, qué agresivo¡, hijo de puta¡. Me llevé toda la noche insultándolo hasta que me pudo el sueño. Lo del Guti me afectó.

Hice un esfuerzo por la reconciliación culé-calé, porque no me fiaba mucho de su reacción, pero al final la niña del exorcista resultó que era un tío simpático, que sonreía y que parecía inofensivo.


Como yo no creo en las casualidades, ni en el destino, ni en el tiempo lo dirá, sino que al contrario, pienso que a la vida hay que cogerla por los cuernos, y hay que propiciar que las cosas pasen, y hay que ser más lanzado aunque te caigas de boca, que después están los amigos para levantarte, y viendo que mi estancia allí se acababa, decidí que ya que me apetecía conocerle más, tenía que invitarle a una copa. Y así lo hice. No tenía nada que perder.

El chico me encantó, tiene una sonrisa increible, y sentido del humor, que es esencial, y nos llevamos toda la noche hablando. Y como me contó todas sus “perversiones sexuales”, según él, que no son perversas, lo típico de follar por el culo y tragar y esas cosas que le ponen a los tíos, y a mí este tema me pone, no eso en concreto, sino el sexo en general, pues me puso, me puso mucho, y acabamos medio liados entre volcanes, sin consumar nada porque los compañeros dormían en nuestras camas, porque en la calle hacía frío, porque me faltaban 2 horas para volver, porque… porque no me tiró en el suelo y me folló allí mismo, que no me importaba a mí en ese momento nada más. Que hubiese echado un polvo en su bungalow con La Pulga al lado mirándome, o en entre las piedras, o en las hamacas de la piscina, o encima del aloe-vera, o revolcada en la arena negra, o en el cráter de un volcán y yo tan feliz.
Confieso que en mi final de Verano Azul hubiese querido que Pancho corriese detrás del autobús Corbeta- aeropuerto de Lanzarote. Pero el hippy dormía.

Nos llamamos a diario, hablamos, nos reimos, vacilamos, tonteamos, incluso hablamos de vernos. En un principio él venía a Huelva, luego pensamos que yo iba a Barcelona,…

Yo, como siempre, tan impulsiva, ya me había metido en Vueling y me veía en la hamaca del hippy, y me imaginé todas, o casi todas sus fantasías sexuales, y me excité al pensarlo, y deseé verlo, y me emocioné, y me ilusioné.

Pero el maricón, fue llegar a Barcelona y dejó de llamar, de coger llamadas, de contestar a los mensajes, de todo.
Me dejó como una piedra en Lanzarote, volcánica, ella sola.


Y yo frustrada. Porque me jode creerme mis fantasias, me jode el viaje a Barcelona que ya no haré, me jode tener que cambiar la sonrisa cuando hablo de él, me jode explicar a los demás que al final me quedo en Punta y sobretodo me jode que no aprendo. Que me fío de cualquiera, que me lo creo todo, y que cualquier gilipollas puede venir, meterse en mi vida, que yo me dejo, irse y ni siquiera tener el valor de mirar para atrás y decir”ya nos veremos” aunque sea mentira.

Igual me llama un día con sus perversiones, porque al tío además le gusta el rollito de sexo telefónico, y como tiene una oferta de esas de Vodafone que le sale 0.33 euros la llamada en el primer minuto y después gratis, pues le salgo más barata que un 906. Y eso para los catalanes tiene mucho valor.

Y eso…, que mientras los 2 jugamos, el juego es divertido, y si no es un aburrimiento. No me he enamorado de él, ni somos novios, ni amigos, ni nada, y probablemente no sea el hombre de mi vida, y esto no habría llegado a ninguna parte, y sería un polvo más para contar en el blog, quizás un polvo malo, quizás doloroso, … pero jode que el otro te deje así sin decirte nada, sin una puta llamadita de 0.33, sin una mentira piadosa, sin un “era broma”.


Al fin y al cabo, me quedo Jodida pero contenta, como la Buika, porque aunque yo dramatice con la historia, que para eso la cuento a yo, también sé que yo últimamente en los juegos no juego limpio y que siempre me guardo una carta en la manga…por si acaso. Y Córdoba me gusta, qué coño¡¡

Para que te den por culo, literalmente, siempre hay tiempo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Joquey: ya encontraré el momento de seguir con la ilustración del bloger. Resulta que me paso todo el año tocandome los y ahora van y me quieren matar a trabajar! En fin, que no hay mal que con bién no venga. ¿Nos vemos el sábado en el campo?

Anónimo dijo...

Nini: la próxima vez tendrás que reirte con un tío cuya ciudad natal sale cada año a la palestra por su celebración del Festival del Porno... aunque es también la de Antonio Orozco :pídele que te devuelva la vida, al menos.
Un besito